La luz y el color son dos elementos imprescindibles en el lenguaje cinematográfico. Pese a que el blanco y negro ha llegado a adquirir unas cotas altísimas de perfección fotográfica, el color proporciona mayor adecuación a la realidad.
Actualmente, la mayor parte de los cambios de color, saturación e intensidad se realizan mediante técnicas digitales. Los realizadores, directores de fotografía, operadores de cámara y técnicos tienen muy presente en cada escena que es lo que quieren transmitir. Por lo general, cada color produce un efecto anímico diferente. Los colores fríos como el verde, azul y violeta deprimen, mientras que los colores cálidos como el rojo, naranja y amarillo exaltan.
Además, el color sirve para centrar la atención del espectador. Una buena elección de gama favorece el ritmo de la narración y potencia la expresividad de ciertas escenas.
Mientras que los colores cálidos transmiten proximidad, una paleta de color fría potencia el concepto de lejanía. La intensidad tonal de cada color también influye: los valores luminosos altos sugieren grandiosidad, lejanía, vacío… mientras que los valores bajos transmiten cercanía, insignificancia, pequeñez. Por eso, los fondos iluminados y claros intensifican los colores y dotan de mayor importancia a los objetos, mientras que los fondos oscuros debilitan los colores y entristecen los objetos.
Las imágenes del post ejemplifican la importancia del color y muestran la paleta de colores usada en algunas de las películas mas conocidas como Shining de Stanley Kubrick, Mad Max Fury Road de George Miller, The Truman Show de Peter Weir, The Revenant de Alejandro Gonzalez Iñárritu, Corpse Bride de Tim Burton, The Martian de Ridley Scott, Lost in Translation de Sofia Coppola y Blade Runner de Ridley Scott entre otras.
Podéis ver más paletas de colores de cine en la cuenta de Twitter de Cinema Palettes @CINEMAPALETTES.
Vía: Cinema Palettes.